Adolescente Beatificado Demostró que el Cielo Es una ‘Meta Alcanzable’

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Miles de personas cantaron y aplaudieron mientras el adolescente italiano Carlo Acutis era beatificado en una ciudad querida por él y por muchos cristianos de todo el mundo: Asís.

Durante la misa de beatificación del 10 de octubre, el cardenal italiano Agostino Vallini, legado pontificio de las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles en Asís, leyó la carta apostólica del papa Francisco, proclamando “beato” a Carlo Acutis, el paso antes de la canonización.

“Con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Carlo Acutis, laico, que con el entusiasmo de la juventud cultivó una amistad con nuestro Señor Jesús, poniendo la Eucaristía y el testimonio de la caridad en el centro de su vida, de ahora en adelante sea llamado beato”, decretó el papa.

Después de la lectura de la carta apostólica, los padres del adolescente recién beatificado, Andrea Acutis y Antonia Salzano, se dirigieron hacia el altar, llevando un relicario que contenía el corazón de su hijo.

El relicario estaba grabado con una de las citas más conocidas del adolescente: “La Eucaristía es mi autopista al cielo”.

Los peregrinos acudieron en masa tanto a la Basílica de San Francisco para la Misa de beatificación como al Santuario de la Renuncia en la Iglesia de Santa María la Mayor, donde los restos del adolescente recién beatificado se exhibían para veneración.

Hombres y mujeres, niños y niñas pasaron silenciosamente junto a la tumba, algunos deteniéndose para rezar el “Padre Nuestro”. Una niña pequeña se despidió del joven beatificado enviándole un beso al pasar.

Conocido como el lugar donde el joven San Francisco renunció a la herencia de su padre y abrazó la pobreza, el santuario, así como la ciudad de Asís y el mismo San Francisco, ocupaba un lugar especial en el corazón de Acutis.

El adolescente amaba a San Francisco “mucho”, expresó su madre, Antonia Salzano, a Catholic News Service el 9 de octubre. San Francisco “era un alma muy eucarística que solía asistir a misa dos veces al día”, y su hijo buscaba imitar esa misma devoción eucarística a lo largo de su breve vida.

El arzobispo Domenico Sorrentino de Asís reflexionó sobre el vínculo entre las dos figuras santas y proclamó que, por “designio providencial, (San) Francisco y (el Beato) Carlo ahora son inseparables”.

“La vida de Carlo, siempre unida a Jesús, su amor por la Eucaristía, su devoción a la Santísima Virgen, su amistad con los pobres, lo acercó a la espiritualidad del Pobre”, San Francisco, declaró el Arzobispo Sorrentino al final de la misa. “Ambos nos invitan a vivir según el Evangelio”.

La liturgia se llevó a cabo dentro de la Basílica de San Francisco, pero las medidas para evitar la propagación del Covid-19 hicieron que la mayoría de los que asistieron se sentaran afuera, en asientos separados a un metro de distancia, mirando en pantallas gigantes.

Muchos hombres y mujeres jóvenes fueron a Asís para la beatificación. Para muchos de ellos, el hecho de que un adolescente normal pudiera ser beatificado era una fuente de esperanza e inspiración.

“Con su vida, Carlo me hizo ver que, a pesar de las pequeñas o incluso grandes dificultades, como su enfermedad, podemos vivir una vida plena y feliz si mantenemos nuestros ojos mirando hacia el cielo”, señaló una joven de 19 años, Rosanna, que estaba entre los que asistieron a la beatificación.

En su homilía, el cardenal Vallini explicó que la beatificación de Acutis “en la tierra de Francisco de Asís es una buena noticia, un fuerte anuncio de que un hombre joven de nuestro tiempo, uno como muchos, fue conquistado por Cristo y se convirtió en un faro de luz para aquellos que quieran conocerlo y seguir su ejemplo”.

Reflexionando sobre la vida del adolescente, el cardenal Vallini indicó que, como la mayoría de los jóvenes de su edad, Carlo era un adolescente “normal, sencillo, espontáneo, amistoso” que usaba formas modernas de comunicación para transmitir los “valores y la belleza del Evangelio”.

Para él, “el internet no era solo una vía de escape, sino un espacio de diálogo, conocimiento, intercambio, y respeto mutuo que se debía utilizar de manera responsable, sin convertirse en esclavos y rechazando el hostigamiento digital”, expuso el cardenal.

El cardenal Vallini dijo que el Beato Acutis fue un modelo de virtud para los jóvenes de hoy, recordándoles que no busquen “la gratificación sólo en los éxitos efímeros sino en los valores perpetuos que Jesús propone en el Evangelio”.

“Dio testimonio de que la fe no nos aleja de la vida, sino que nos sumerge más profundamente en ella y nos mostró el camino concreto para vivir la alegría del Evangelio”, señaló el cardenal. “Depende de nosotros seguirlo, atraídos por la fascinante experiencia del Beato Carlo, para que nuestras vidas también brillen de luz y esperanza”.

En la noche de la beatificación de su hijo, Salzano dijo que era un “influencer para Dios”.

Antes de su muerte por leucemia en 2006 a los 15 años, Carlo Acutis era un genio italiano de la tecnología. Era un adolescente promedio con un don para las computadoras por encima del promedio. Puso ese conocimiento en práctica, creando una base de datos en línea sobre milagros eucarísticos ocurridos en todo el mundo.

Para su madre, la angustia que experimentan todos los padres por la pérdida de un hijo se mezcló con serenidad y alegría mientras se preparaba para ver a su hijo beatificado.

“Es inusual que los padres (estén presentes) en la beatificación de su hijo o hija”, expresó Salzano a Catholic News Service el 9 de octubre. “Es muy inusual porque normalmente toma mucho tiempo. Pero en cambio, para Carlo tomó 14 años tener la beatificación”.

La beatificación de Acutis, declaró, es “un paso importante para nosotros porque tenemos tantos devotos de Carlo en todo el mundo. Creo que es una gran señal para ellos, un gran consuelo. Es muy, muy importante que tengamos este reconocimiento de la iglesia”. —CNS