En la Catedral, el Cardenal Celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe

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El cardenal Dolan, celebrando la misa anual de Nuestra Señora de Guadalupe en la Catedral de San Patricio, dijo a los fieles que la Iglesia está "agradecida por el don de Nuestra Señora de Guadalupe", Madre de las Américas.

 "Bienvenidos todos; gracias por su compañía en esta hermosa fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe", dijo el cardenal en español e inglés al comienzo de la liturgia matutina para el día de la fiesta del 12 de diciembre.

 "Gracias por su fe en Jesús, el Hijo de María, el Hijo de Dios, nuestro Salvador. La Antorcha de Guadalupe nos recuerda que Jesús es la Luz del Mundo; como se le reveló a Juan Diego, y como se revela en nuestros corazones y en Navidad”.

 El cardenal se volteó entonces hacia un lado y expresó su gratitud a sus concelebrantes, entre ellos el arzobispo Gabriele Caccia, nuncio vaticano ante las Naciones Unidas, y el obispo auxiliar Edmund Whalen, que sirvió como homilista. El cardenal también agradeció a varios diplomáticos latinoamericanos por su presencia. La misa, a la que asistieron unas 300 personas, se llevó a cabo más que todo en español.

 "Es bueno que estemos aquí hoy; esto es significativo para nosotros", dijo el obispo Whalen durante su homilía, pronunciada en español, sobre la importancia de honrar a María bajo su título de Guadalupe y sus apariciones en México a San Juan Diego en 1531.

 "Es importante que nos demos cuenta que la Virgen María está en el centro, en el centro de las Américas, geográfica y especialmente, durante estos días difíciles (por la pandemia) para nosotros, en el centro de nuestras vidas".

 El obispo continuó hablando sobre el significado de la confianza de María en el Señor, y cómo debemos seguir su ejemplo de fe y confianza en Él. "El Señor nos llama a vivir con fe; debemos responder con fe como María. Sí, es difícil, la pandemia, las dificultades económicas, las dificultades sociales, las divisiones sociales en nuestro país y en el mundo; enfermedad, miedo sobre el futuro”, dijo. 

 El obispo Whalen señaló la importancia de recordar que "la Virgen María puede ayudarnos, la Virgen María nos ama", y habló de la confianza de Juan Diego en María y la confianza de María en Dios. El obispo también habló sobre el significado de la fortaleza espiritual, como individuos y familias, en la búsqueda de la intercesión de María y recordando el amor del Señor.

 Él dijo que estos actos de fe deben ser recordados en nuestra vida familiar y en nuestro trabajo, así como en nuestras interacciones sociales dentro de las comunidades. Es a través de la confianza en el Señor y en la Virgen María, dijo el obispo, que desarrollamos y mantenemos "fuerza de fe y esperanza en el futuro".

 Después de la homilía, el cardenal Dolan agradeció al obispo Whalen y dijo: "Que viva la Virgen de Guadalupe".

Marcelina Verdejo, de 48 años, una feligresa de la parroquia de la Inmaculada Concepción en el Bronx, estuvo entre los fieles en las bancas de la iglesia. "Doy gracias a Dios por este día tan especial, por darnos la oportunidad de estar aquí, celebrando y honrando a la Virgen María", dijo la madre casada de tres hijos a Catholic New York antes de la misa. "Es importante no perder la fe, y orar por las personas enfermas con el virus, y las que han muerto".

 Jorge Islas López, cónsul general de México en Nueva York, se dirigió a la congregación hacia el final de la misa, expresando su gratitud a los fieles, al cardenal, al obispo, al nuncio y a todos los concelebrantes. "Estamos agradecidos con el cardenal y con la catedral por abrir una vez más las puertas para que podamos celebrar esta tradición", dijo Islas. "Esto es muy importante en nuestra cultura y para nuestra fe. Es un día muy importante para nosotros".

 Al final de la misa también se expresaron palabras de gratitud por parte del padre Lorenzo Ato, director de comunicaciones del Ministerio Hispano arquidiocesano, y Hesy Landesbaum, la recién nombrada presidenta del Comité arquidiocesano de Nuestra Señora de Guadalupe. "Muchas gracias; esto es un honor", dijo la Sra. Landesbaum, citando la importancia de la paz, el amor y la comunidad.

 Los planes arquidiocesanos de Guadalupe en la catedral se redujeron este año debido a la pandemia, sin una gran congregación (típicamente de unas 2.000 personas), sin gran procesión desde la calle 14 oeste hasta San Patricio en Midtown antes de la misa y sin un gran coro mariachi. La música litúrgica fue ofrecida por un hombre cantando y tocando su guitarra, al estilo mariachi.