Más de 300 Catecúmenos en El Rito de Elección De la Catedral

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El primer domingo de Cuaresma, el cardenal Dolan celebró el Rito de Elección anual en la catedral de San Patricio, dando la bienvenida y felicitando a más de 300 catecúmenos que se han estado preparando para unirse a la Iglesia católica.

Los catecúmenos se harán oficialmente parte de la Iglesia en sus parroquias durante la Vigilia Pascual, el 20 de abril, cuando reciban los sacramentos de iniciación: bautismo y confirmación, y la primera comunión.

La ceremonia del Rito de Elección del 10 de marzo atrajo a unas 900 personas, incluyendo familiares y amigos de los catecúmenos quienes se hicieron presentes para mostrar un apoyo y un aliento llenos de fe. Entre los catecúmenos estuvo Michael Paulino, un feligrés de la parroquia de San Francisco de Sales en Manhattan. Paulino, de 35 años, dijo que su esposa, Carmen, lo alentó a ingresar al Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RCIA, por sus siglas en inglés). La señora Paulino es una católica practicante de toda la vida.

“Ella fue la fuerza motriz. Estoy muy agradecido con ella”, dijo Paulino, un paramédico del departamento de bomberos de la ciudad de Nueva York (FDNY, por sus siglas en inglés), a Catholic New York en una entrevista telefónica. Los Paulinos, casados ​​desde hace nueve años, tienen dos hijos.

El añadió: “Ambos estamos agradecidos por la comunidad parroquial que encontramos hace dos años. San Francisco de Sales es una comunidad muy acogedora... Dios trabaja de maneras misteriosas. Siento que esto ya estaba escrito, como si Dios quería que caminara por este sendero, siendo más religioso y espiritual, encontrando mi camino en esta vida con la ayuda de la Iglesia católica”.

Paulino creció como el hijo medio entre cinco hermanos, criado por una madre soltera; en donde la práctica de la fe se prendía y se apagaba; y en donde en un principio y hasta mediados de los 20, la mayoría del tiempo estuvo apagada. Eso cambió cuando se casó con Carmen.

Su hermana, Ana Núñez, de 39 años, está sirviendo como su madrina del rito RCIA. “Me siento honrada de haber sido seleccionada como la madrina de mi hermano. Definitivamente es una bendición”, dijo la Sra. Núñez después de la ceremonia del Rito de Elección.

“La fe católica significa mucho para nosotros. Mantiene a nuestra familia unida”.

El cardenal Dolan, en su homilía, dijo a los catecúmenos que a pesar de que la Cuaresma se considera una temporada sombría, él se sentía contento y alegre. “Estoy muy feliz de darles la bienvenida a muchos de ustedes en este primer domingo de Cuaresma”, dijo el cardenal, expresando su gratitud también al clero parroquial, a los catequistas, a los padrinos y madrinas presentes y a “todos los que ayudaron en esta magnífica obra de la Iglesia”.

“Ustedes, los catecúmenos, estarán plenamente unidos con nosotros en la única Iglesia santa, católica y apostólica en la Vigilia Pascual. Gracias por hacerme sonreír... Ustedes son un gran regalo para la Iglesia. Agradecimos a Dios cuando respondieron a su invitación a la fe, a la fe en Él en y a través de Su Iglesia”.

El cardenal les dijo a los catecúmenos que estaba especialmente agradecido con ellos porque están atravesando el rito RCIA en un “momento difícil para la Iglesia... Me alegro de que estén aquí, porque los necesitamos. Y le agradezco a Dios por la inspiración...” Sus palabras fueron interrumpidas por un aplauso que se hacía más fuerte a medida que continuaba.

El cardenal Dolan continuó hablando sobre sus días como párroco en la ciudad de San Luis, en el estado de Misuri cuando un hombre que luchaba contra la adicción al juego busco su consejo sacerdotal. Él dijo que oró y habló con el hombre sobre la importancia de resistir la tentación como lo hizo Jesús, sobre mantener una fe firme, y sobre la salvación y comenzar de nuevo dejando atrás aquellas cosas que podían distraerlo de llevar una vida centrada en Cristo. El cardenal dijo que el hombre abandonó el juego e incluso dejó una ficha de póker flotando en la fuente de agua bendita como un símbolo importante de su decisión.

En la ceremonia del Rito de Elecciones en la catedral, hubo 317 adultos y seis jóvenes, de 8 a 13 años, provenientes de 79 parroquias. Los jóvenes formaban parte del Rito de Iniciación Cristiana de Niños (RCIC, por sus siglas en inglés). Los catecúmenos firmaron el Libro de los Elegidos.

Entre los catecúmenos también estuvo Michelle Lai, de 23 años, otra feligresa de San Francisco de Sales. “Ha sido un cambio de vida; ha sido un gran proceso que me ayudó a encontrar apoyo en el viaje”, dijo la Srta. Lai.

“Crecí sin fe ni religión. Mis padres son de la China y crecieron en un momento en que no había religión ahí”. Ella anotó que su novio es un católico practicante de toda la vida, y que ella ha recibido un gran apoyo de él y su familia durante el proceso del RCIA. La Srta. Lai es una estudiante de segundo año de medicina.

Alberto Huerta, de 40 años, feligrés de la parroquia de San Bartolomé en Yonkers, dijo: “Esto completa mis sacramentos... trato de entender lo que Dios quiere. Pido su misericordia. Mis abuelos (maternos) ya murieron pero me alcanzaron a enseñar acerca de la importancia de la fe”.

Huerta, casado y padre de dos hijos, creció sin su padre, y cuando tenía 10 años, su madre murió en un accidente automovilístico. Él dijo que hace años su fe lo salvó de la perspectiva negativa que solía tener acerca de la vida, después de que aprendió a confiar en el Señor. Huerta es un instalador de cristalería por cuenta propia.

Jacqueline Ferber, de 36 años, dijo que decidió ingresar al programa RCIA para unirse a su esposo, Dennis, y con sus dos hijos, practicando la fe católica, asistiendo a misa y recibiendo la Sagrada Eucaristía. Su madrina es Carmela Anderson, una feligresa de la parroquia de Holy Family en Staten Island. La Sra. Ferber es sargento de la policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés). “En este trabajo se necesita algo de fe”, dijo la Sra. Ferber mientras sonreía.

Durante el Rito de Elección, Oscar Cruz, director arquidiocesano del Catecumenado (RCIA), le dijo al cardenal: “Estos catecúmenos han encontrado fuerza en la gracia de Dios y en el apoyo en sus parroquias. Han jurado participar en los sacramentos del bautismo y la confirmación, y en la Eucaristía”.