Religiosas de América Latina Entrenan para Servir En las Diócesis Misioneras de EE. UU.

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Un grupo de 38 hermanas religiosas de América Latina acaban de completar un programa de entrenamiento de una semana en el instituto Mexican American Catholic College de San Antonio para prepararse para servir cinco años de ministerio en diferentes diócesis de misión en los Estados Unidos.

Ellas participaron en el Programa de Intercambio de Hermanas US-América Latina patrocinado por la organización Catholic Extension, basada en Chicago, gracias a un fondo de $3 millones de la Fundación Conrad N. Hilton.

En San Antonio, su entrenamiento se realiza a través del programa internacional del MACC de Estudios Interculturales para Hermanas.  

“Durante muchos años hemos visto el testimonio profético de las religiosas en las áreas más pobres del país”, dijo en una declaración el padre Jack Wall, presidente de Catholic Extension.

“Son mujeres tan motivadas por un profundo sentido de comunión y una llamada a servir a las comunidades latinas que pidieron trabajar en las periferias, donde puedan tener un impacto significativo”, dijo. “Este programa expande de manera singular las oportunidades para que las religiosas compartan sus carismas de enseñanza y evangelización en comunidades con grandes necesidades”.

La “promoción” de hermanas—de 10 congregaciones latinoamericanas—es el segundo grupo que ha sido formado a través del programa de intercambio. Reciben entrenamiento de liderazgo pastoral y obtienen habilidades de ministerio que las ayudan a “construir y fortalecer la fe de las personas a quienes sirven”.

Según Catholic Extension, el primer grupo de religiosas terminó el programa en mayo, e “impactó a miles de comunidades por todos los Estados Unidos antes de regresar a sus países de origen”.

En las diócesis de misión a donde son destinadas, las hermanas dirigen ministerios con migrantes, ofrecen educación religiosa, cuidan de las personas en sus hogares, ofrecen preparación sacramental y cuidados pastorales, promocionan vocaciones entre los jóvenes, ayudan a aumentar la asistencia a Misa en sus parroquias y ayudan a formar a nuevos líderes para llevar a cabo estas actividades.

“Lo llamamos intercambio porque las hermanas que vienen aquí están construyendo ministerios muy necesarios, pero también están entrenando a líderes de manera que estos ministerios son sostenibles cuando se van”, dijo Erika Cedrone, directora de misión en Catholic Extension.

“Cuando regresan a sus congregaciones de origen, tienen una educación y unas experiencias que las ayudarán a hacer crecer sus iglesias en América Latina”, dijo.

Las religiosas de la primera promoción regresaron a sus países habiendo aprendido inglés con fluidez y con un título de Bachiller o Master de Boston College, así como con experiencia pastoral y de liderazgo.

Catholic Extension colecta y distribuye fondos para apoyar a las diócesis de misión de Estados Unidos, muchas de las cuales son rurales, cubren una amplia zona geográfica y tienen recursos pastorales y personales limitados. Ha estado apoyando el trabajo y los ministerios de estas diócesis de misión desde su fundación en 1905.—CNS