Tres Ordenaciones Hacen Historia en Santa Helena en el Bronx

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Los fieles de Santa Helena en el Bronx fueron testigos de la historia de la parroquia cuando dos diáconos fueron ordenados sacerdotes durante una misa matutina el 21 de diciembre. En la misma liturgia, un hermano fue ordenado diácono.

Los tres clérigos son miembros de la Orden de las Escuelas Pías, una comunidad religiosa fundada en Roma en 1617 por San José Calasanz y comúnmente conocida como los escolapios.

Los recién ordenados son el padre Manuel Sánchez, Sch.P., el padre Pedro Rivas, Sch.P ., y el diácono Orlando Rodríguez. El celebrante principal y homilista fue el obispo Emérito Félix Lázaro, Sch.P., de la Diócesis de Ponce, Puerto Rico.

Todos los escolapios profesan un cuarto voto religioso de dedicación a la educación de la juventud, especialmente de los más pobres.

“Esta es la primera ordenación sacerdotal en Santa Helena en los 79 años de historia de la parroquia”, dijo el padre David Powers, Sch.P., párroco de Santa Helena, a Catholic New York en una entrevista después de la misa.

“Hoy en día, tener dos hombres jóvenes ordenándose para el santo sacerdocio más otro para el diaconado, es un signo de esperanza, es un signo de gracia”.

El obispo Lázaro, en su homilía, dijo: “El primer seminario es la familia. ¿Y quiénes son los rectores? …los padres”, respondió el obispo, quien también dijo que la Misa de Ordenación fue un momento de alegría porque los tres candidatos prometen “dedicar su vida al Señor. Demos gracias a Dios”.

El obispo habló de la importancia de confiar en Jesús y de permanecer discípulos de Jesús. También habló acerca de lo que significan la salvación, la penitencia y el perdón. El también habló con los candidatos a la ordenación sobre el significado de ser “hombres de la Eucaristía y hombres de la Iglesia”.

En sus comentarios hacia el final de la misa, los dos nuevos sacerdotes y el nuevo diácono ofrecieron sinceras expresiones de alegría, gratitud, exuberancia y amor. Un emotivo diácono Rodríguez, después de palabras de agradecimiento especial a los miembros de la familia y la comunidad escolapia, dijo a los fieles: “Doy gracias a todos. Esto es para todos ustedes, no para mí”.

El padre Sánchez dijo: “Quiero agradecer a todos (la familia y la comunidad parroquial), y dar gracias por los regalos que Dios nos ha dado... Gracias a todos por caminar conmigo en mi sendero. Estoy contento y lleno de alegría. Y a los jóvenes, les pido que no tengan miedo de responder al Señor. Si creen que Él les está llamando, digan que sí”.

El padre Rivas, quien hace unos años había ayudado al ministerio juvenil de la parroquia en Santa Helena, señaló que quería agradecer a los líderes y al personal de la parroquia quienes “me ayudaron a comenzar ese maravilloso proceso de mi vocación... Gracias a todos por acompañarme”.

El padre Rivas también dijo a los miembros de la familia y a todos los fieles: “Sin sus oraciones no estaríamos aquí. El Buen Señor, de una forma u otra, continuó preparándome”.

El padre Sánchez, de 36 años, es mexicano, mientras que el padre Rivas, de 38 años, nació en El Salvador. El diácono Rodríguez tiene 29 años y es nacido en Puerto Rico. Los tres han servido anteriormente en la parroquia de Santa Helena.

El padre Sánchez y el padre Rivas regresarán ahora a San Juan, Puerto Rico para terminar su cuarto año de estudio de teología en un seminario mayor. Por otro lado, el diácono Rodríguez regresará al Seminario de San José en Dunwoodie, donde estudia para el sacerdocio y está cursando su tercer año de estudios de teología.

A la misa de 2 horas y media asistieron 250 personas, incluyendo orgullosos familiares y amigos de los tres candidatos, muchos de ellos caminando cerca del altar y usando sus teléfonos celulares para tomar fotos y videos de los momentos clave durante el Rito de la Ordenación, como cuando el obispo Lázaro puso sus manos sobre las cabezas de los candidatos.

La liturgia, la cual incluyo una Letanía de los Santos, se llevó a cabo en español y algo de inglés. Hubo alrededor de 25 concelebrantes, incluyendo al padre Powers, la mayoría de ellos miembros de la Orden de los Escolapios de los Estados Unidos y Puerto Rico.

En el rito de ordenación, el obispo Lázaro pidió a los candidatos que declarasen individualmente su resolución de aceptar los deberes y responsabilidades del diaconado y el sacerdocio, respectivamente. Los candidatos se turnaron para arrodillarse ante el obispo y prometieron obediencia a sus superiores y obispos diocesanos, y a sus respectivos sucesores.

El obispo Lázaro declaró: “Queridos hermanos, recemos para que Dios, el Padre todopoderoso, derrame abundantemente los dones del cielo sobre estos, Sus siervos, a quienes Él ha elegido para el cargo de diácono y sacerdotes”.